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Seremos pioneros

La gran movida que se viene el fin de semana convertirá al paisito en quien da ese paso por primera vez en esta región.

Así quedó detallado en una nota realizada al gran motor que tiene nuestro país en la difusión y organización de estos eventos, Esteban Jaureguizar, al diario La República que tenemos el agrado de compartir  :





ESTEBAN JAUREGUIZAR, COORDINADOR DEL PROGRAMA AJEDREZ PARA LA CONVIVENCIA

Primera Expo Ajedrez

La actividad es organizada en forma conjunta por Ajedrez Udelar y el Proyecto Ajedrez para la Convivencia del Ministerio de Educación y Cultura, y se desarrolla en el marco de los 200 años de la Biblioteca Nacional con entrada libre de 9.00 a 19.00 horas.
Se podrá disfrutar de 11 muestras vinculadas al arte, concursos de pintura, de escultura; muestras fotográfica, de filatelia, de cine, juegos artesanales e históricos, otra de humor gráfico, una de ajedrez adaptada para discapacitados, un robot desarrollado en la Facultad de Ingeniería para mover desde una ceibalita, y piezas de un ajedrez gigante. Además, sobre 18 de Julio “habrá ajedrez gigantes, similar a lo que generamos en espacios públicos, música en vivo el viernes en dos horarios.
Una obra de teatro, el sexto campeonato de la universidad y una simultánea de ajedrez con Alan Pichot, campeón argentino sub 16 del año pasado”, explicó el coordinador Jaureguizar.
También se darán a conocer los resultados de la investigación lleva a cabo por las psicólogas Karen Moreira y Karina Curione sobre el impacto cognitivo de la enseñanza del ajedrez en las escuelas, y la presentación del libro “Más allá del ajedrez”.
Ajedrez para la Convivencia
“Desde su implementación en el año 2013, el programa Ajedrez para la Convivencia potenció sus objetivos de sensibilización, de articulación institucional y de formación docente con una llegada a todo el territorio gracias al trabajo en conjunto con los Centros MEC, contó a LA REPÚBLICA el coordinador.
El programa impulsa políticas directas como las que se ejecutan en coordinación con los Centros MEC y en conjunto con otras instituciones como la Intendencia de Montevideo, el Consejo de Educación Inicial y Primaria, el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente, la Universidad de la República y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto. Esta dinámica incluye actividades en escuelas, liceos, centros carcelarios, de discapacitados y de la tercera edad.
“Como forma de socializar la actividad y dar a conocer el alcance del programa, Ajedrez para la Convivencia participa desde 2014 en ferias sociales y culturales, además de organizar actividades en la vía pública. Mediante una dinámica inclusiva, con juegos sencillos que no implican conocer todas las reglas del ajedrez, la propuesta de jugar en espacios públicos superó ampliamente las expectativas”, contó Jaureguizar.
El ajedrez gigante que se dispone en plazas públicas y ferias “es un llamador”- del que mucha gente participa a distancia con la simple mirada. “El modelo inclusivo permite que esa persona distante y curiosa al principio, se convierta en un potencial jugador que puede participar fácilmente de la propuesta. Ahí aparece lo grupal, porque llaman al hijo, al hermano, a un amigo (…) esa resistencia dura poco y después se instala el juego”.
Estas propuestas dieron lugar a la realización de la actividad “El Ajedrez sale a la calle”. Una jornada en la que en todo el país, el mismo día, en el mismo horario la gente se reúne en torno al juego. “Es una experiencia muy movilizadora, es una propuesta que nos ha puesto de cara a la comunidad de una manera muy concreta”, señaló el entrevistado.
Historia del Programa
“Junto a Bernardo Roselli, el jugador más importante de ajedrez en Uruguay, asumimos en 2009 la conducción de la Federación Uruguaya de Ajedrez; desde allí comenzamos a implementar una serie de propuestas de ajedrez educativo, y acciones coordinadas con diferentes organismos públicos.
La primera fue con el CEIP al implementar en 2010 el ajedrez en las escuelas de tiempo completo y luego un programa en la Universidad de la República. Casi al mismo tiempo comenzamos a trabajar, Federación y MEC, en acciones puntuales”.
Esta relación “fue creciendo y llevó a que surgiera una propuesta -del entonces director general del Ministerio Pablo Álvarez-, de creación de dicho espacio. Se trata de una coordinación abierta a todos los organismos del Estado que quisieran tener su propuesta de ajedrez educativo.
La primera acción de Ajedrez para la Convivencia fue una reunión en la que participaron referentes de muchos organismos públicos, incluidas intendencias. El MEC iniciaría con Ajedrez para la Convivencia una serie de acciones propias a través de los Centros MEC en los 19 departamentos.
Ofrecíamos a los demás organismos la coordinación, capacitación, actividades y encuentros. Esto funcionó muy bien ya que hoy tenemos además de dos acciones puntuales desde el MEC, un programa específico integrado a la cuenca de Casavalle con lo que logramos trabajar con gran cantidad de instituciones.
También tenemos un proyecto con Jóvenes en Red en cinco departamento, otro experimental en UTU de Maldonado (Arrayanes y Capuera), una experiencia en Montevideo con el Sirpa, con OPP en el Centro de Barrio Peñarol (un equipo móvil recorre la zona que integra Peñarol, Colón, Lavalleja y Sayago)”.
La propuesta de Centros MEC se define territorialmente y los docentes deciden trabajar en jardines de infantes, escuelas, liceos, cárceles, con adultos mayores o discapacitados. La experiencia de centros MEC nos ha permitido tener una gran pluralidad de propuestas, distinta en cada departamento.
Otra pata del programa refiere a la capacitación de los docentes ajedrecistas y a otros educadores interesados en implementar proyectos de ajedrez.
A través del Instituto de Perfeccionamiento y Estudios Superiores se realizan capacitaciones en Montevideo, y en 2014 se comenzó la experiencia en el Interior, con cinco cursos, todos con más de 40 participantes, en Canelones, San José, Salto, Colonia, Salto y Treinta y Tres.
“La capacitación es fundamental; arrancamos con muchos ajedrecistas con experiencia en escuelas y colegios, pero su formación era básicamente como ajedrecista con vocación por la tarea docente, pero sin capacitación en ajedrecista propiamente dicho. Muchos venían de la experiencia de haber aprendido en el club con el objetivo de competir. Aspiramos a reconvertir esa experiencia en algo que tenga más que ver con lo pedagógico”.
La tercera pata del programa “refiere a la ocupación del espacio público, pues tenemos una acción muy fuerte en ferias culturales, sociales, deportivas en espacios públicos. Contamos con equipos que concurren a todo tipo de propuestas desde la Feria del Libro hasta Expo Educa o una kermese que haga en un liceo.
Muchas veces los encuentros son generados por nosotros mismos, y acción tiene que ver con el concepto del programa que es el empoderamiento de la comunidad de un bien cultural, como el ajedrez, y no esperar que la gente vaya y se apropie; esto es al revés, es iniciativa del Estado que devuelve un bien cultural. También trabajamos en asesoramiento con instituciones que quieren implementar sus propios programas de ajedrez”, continuó Jaureguizar.
El ajedrez que es un bien cultural que tiene ciertas barreras de acceso. “Para poder emocionarme con el ajedrez tengo que saber mover las piezas e interpretar lo que está pasando en la escena. Se necesita un camino, que si es mal enseñado hará que me aleje, diré que es aburrido, árido.
Tenemos que llevarlo a la gente y llevarlo bien, rescatar el sentido lúdico y un montón de estrategias de comunicación que son potentes. Trabajamos desde el pre-ajedrez, que es como un subsuelo del ajedrez.
El ajedrez en manos de un docentes proporciona una importante riqueza más allá de lo cultural y lúdico, que tiene que ver con el desarrollo cognitivo y con ponerse en lugar de la crítica, la autocrítica, la perspectiva del otro, la anticipación a situaciones, y sobre todo la argumentación del porqué de las cosas.
Cuando un niño hace una jugada, y se le pregunta por qué la hizo dirá porque sí. Siempre habrá una idea por muy elemental que sea, pero siempre hay una idea, y el niño argumentará siempre. Para el docente es una herramienta muy potente que permite siempre una repregunta para seguir profundizando el pensamiento.
Esto también tiene que ver con la convivencia. En manos de un docente esta herramienta permite lo colectivo, el compartir, ver cómo funcionan los grupos, organizar jornadas, viajes, etc. y siempre pensando el ajedrez no como una sola cosa que está para salvar el mundo sino integrándose a un proyecto pedagógico que lo contiene.



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